Los conquistadores, encabezados por Nuño Beltrán de Guzmán y Lázaro de Cebreros hicieron de la Villa de San Miguel (más tarde de Culiacán), el centro de operaciones para las empresas relativas a la explotación, evangelización y colonización de gran parte del Noroeste de lo que hoy en México. Se levantó como asentamiento español virreinal entre fines del siglo XVI y principios del XVII, conservando su nombre hasta finales de la Guerra de Independencia.
La Villa de San Miguel (más tarde de Culiacán), fue erigida en provincia, a fines del siglo XVI y principios del XVII, convirtiéndose en centro de operaciones para la explotación, conquista, evangelización y colonización de los pueblos del noroeste mexicano. Hasta mediados del siglo XVII la villa conservó el nombre de San Miguel de Culiacán, hasta la consumación de la Independencia de España.