La Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario es un edificio central en el panorama urbano del Centro histórico de Culiacán, y se levanta como uno de los puntos de encuentro de la ciudad.
Levantada en el siglo XIX entre los años 1842 y 1885, tuvo demoras en su construcción, debido situaciones tocantes al clima político de la época. Se levantó para ser cede el episcopado, y para sustituir a la antigua parroquia de la Villa de San Miguel de Culiacán, que se encontraba en un estado ruinoso.
Es un edifico sobrio de aires neoclásicos que se adviene al estilo eclesiástico Decimonónico de arquitectura, con relieves de cantera rosa y paredes blancas. Destaca la estatua de San Miguel Arcángel, patrono de la ciudad, derrotando al demonio, en una peana sobre el frontispicio.